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DIARIO TRIBUNA

“FUEGO AMIGO” EN HOMICIDIO DEL COMANDANTE SIMITRIO???

Fue quien aprehendió a dos atacantes de Diario TRIBUNA 

 

     

       

 

Fue el 5 de mayo del año 2006 en la noche, y 6 al amanecer, cuando el comandante Simitrio intervino a dos de los atacantes de Diario TRIBUNA que, cobijados por un operativo que incluyó hombres armados, la noche del 14 a madrugada del 15 de febrero del año 2001 arrasaron las instalaciones y maquinaria de este periódico por órdenes expresas desde el palacio de gobierno en Jalapa, Veracruz, México.

Toda la víspera Simitrio la había pasado como los buenos cazadores. Prácticamente no durmió durante esos dos días.

Su misión la iba a cumplir por encima de todos los riesgos.

Siempre del lado de la justicia, a lo largo de su carrera policial sumaba una tras otra las medallas nunca recibidas. Esa vez no era diferente, ya que se trataba de gente sumamente peligrosa.

Simitrio los encerró en Pacho Viejo.

Esos dos delincuentes habían confesado sus fechorías. Dos años atrás ya habían asesinado a un tercer participante en los hechos.

Pero el corrupto juez Ariel Anastasio César Robinson Manzanilla, por indicaciones que había dado el gobernador Herrera, los declaró libres no sin antes llevarse una tajadota. 

   

 

Simitrio se disculpó personalmente y platicó de otros casos donde cumplió a cabalidad su misión, pero luego se percató de que sólo era parte del juego de intereses palaciegos.

Ese día caminaba por los juzgados adjuntos al reclusorio.

Moreno, de pelo encrespado, alto y fornido, prototipo jarocho, Simitrio no le daba vueltas al lenguaje, y acusó que desde la Secretaría del Gobierno de Fidel Herrera Beltrán se mueven los hilos.

Las veces que personalmente lo miramos actuar se le recuerda como un hombre invariablemente apegado al estricto cumplimiento del deber.

Sus compañeros deslizaron que, incluso, ponía de su bolsa para llevar a cabo las encomiendas debido a que los jefes se hacían “talega” mientras negociaban “el paquete” o se permitía la fuga de los indiciados.

Al comandante Simitrio Rodríguez Gómez le acababan de "levantar un castigo" porque con sus compañeros habían liberado a unas personas secuestradas, y “esa no era la idea de los jefes, pero no sabíamos hasta que nos bajaron a todos (castigaron) por no ser adivinos de sus porquerías”.

Todavía dijo: “Martín, nosotros ya cumplimos; y no es para que te desanimes pero prepárate, porque es casi seguro que te los sueltan (dejan libres). Es un caso 'muy pesado' y así pasa casi siempre. Todo es por una lana (dinero) y por la cochinada de los políticos”.

Sus palabras fueron proféticas.

Dos años cuatro meses después, murió.

¿Fuego amigo?

Dos días después de que lo mataron, el domingo 7 de este septiembre, el gobernador Herrera y su séquito “homenajearon” al caído y fueron externadas decenas de condolencias hipócritas.

Tal vez nunca se sepa la verdad, verdad, de lo acontecido ese viernes 5 de septiembre del 2008 en Alvarado. Un viernes, igual que el día que detuvo a los atacantes de Diario TRIBUNA.

 

   

 

EL ATAQUE A DIARIO TRIBUNA LA NOCHE DE “EL GRITO”

 

Con su estilo picaresco, Manuel Antonio Huerta Naranjo  se refirió al asunto en su columna El Flechador de esta semana:

 

“(…) En las azoteas de palacio municipal, edificio "Nachita", Catedral, edificio Xalapa, edificio Argentina, edificio del Hotel México, desde un poco después de mediodía, quedaron apostados por lo menos 250 francotiradores y, en tierra el cerco de seguridad lo formaron militares.

Ja ja ja.

Riáse usted conmigo.

Ningún policía, ni de la SSP y menos de la ministerial, participaron en el operativo.

Toda la gente involucrada fue de la zona verde.

¿Por qué?

A lo mejor porque no son confiables ni la tropa y, mucho menos los mandos.

Ultra Men, como dijeran unas señoras popof, cuando la ceremonia estaba desencajado, porque había tenido una discusión "subidita de tono con la señora".

Cuando la ceremonia del Grito concluye, un oficial del Ejército se acerca al Ultra Men, lo toma del brazo, le rodea los hombros y lo conduce al interior de palacio, con el resto del grupo de soldados arropándolo, situándolo lejos del balcón. En el inter, el militar le iba diciendo lo que acababa de suceder en Morelia, Michoacán, tierra del ciudadano presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa.

A la señora y al Men, casi les da un patatus.

A partir de ahí, nunca más volvió a salir al balcón.

Lo bueno es que como dice Ultra Men, es que aquí no pasa nada y, cuando pasa, tampoco pasa.

Martín Serrano Herrera, es reportero que quiso ser editor de su propio medio, la gente de Miguel Alemán Velasco, lo despojó de vetusta, pero todavía útil maquinaria. Las denuncias penales interpuestas por Serrano Herrera, jamás prosperaron. La orden de la oficina principal de gobierno era que las atascaran. A la llegada de la presente administración, el problema al editor se le recrudeció.

Esta noche del 15 de septiembre, Martín Serrano Herrera colocó en el barandal del despacho que ocupa en el edificio Xalapa, una bambalina con el siguiente texto: "En Veracruz, la Impunidad Late con Fuerza".

Los francotiradores apostados en la azotea del edificio Xalapa, vieron la bambalina.

Conminaron a Martín Serrano a quitarla.

Obvio, desatendió la orden.

Primero, con una garrocha intentaron romper la bambalina desde la azotea.

Intentaron descender a rappel hasta el balcón del despacho.

Tenían que quitar la manta.

Lo consiguieron.

¿Testigos?

Puff.
Cientos de ciudadanos de los congregados en las inmediaciones y en la Plaza Lerdo.
Ja ja ja.

Los únicos que no vieron nada, ojetes, fueron los textoservidores-cagatinta y las prostis de las oficinas de enlace de las secretarías de gobierno.

De pronto los pasillos del edificio Xalapa se llenaron de hombres armados; portaban fusiles de asalto y metralletas Uzzi.

Concluyó el festival del Grito de la Independencia y, los hombres armados desaparecieron.
A mi hermano Martín Serrano Herrera, acompañado de su esposa y los cuatro críos, concluido el trago amargo, no le quedaba de otra, les mentoteó la madre a los de la tienda de enfrente.

No eran policías de SSP y tampoco de la ministerial.

¿Entonces quienes eran?

Salvo prueba en contrario, pertenecen a un grupo de "disuasión" del IPAX.
Si José Luis Zamora Salicrup, no miente, esos fueron entrenados por israelíes.

Otra pregunta, ¿quién dio la orden?, ¿mi Gurú?

Ahí se la dejo de tarea.

Pa’ que lo sepa, al Omnímodo nadie lo consultó.

Como siempre, se la pasaron de humo.

"El Manatí travesti" lo hizo victima de otra de sus jugarretas.

Confirmado, los homosexuales son impredecibles.

 

(…)”

 

Fuente: nvnoticias.com 

 

 

   

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